Una pequeña obra maestra escrita, dirigida y animada por Alison Snowden y David Fine, y que ha estado nominada para los Oscar 2019. Sin duda, uno de los mejores cortos del pasado año.
Es difícil destacar un aspecto en particular en este corto porque todo el trabajo funciona de maravilla. La decisión de usar animales para representar las diferentes personalidades de los pacientes no es sólo muy divertida, sino absolutamente efectiva. Gracias a todas los preconceptos culturales que tenemos sobre los animales y su comportamiento, con un sólo vistazo, uno ya se hace idea de cómo van a ser los distintos personajes de la historia. Y si eso se apoya además por unos diálogos tan creíbles y naturales como los de este corto, pues tienes ya todo un casting montado que se complementa de maravilla y que, además, es divertidísimo.
Desde un punto de vista de la estructura, tiene una particularidad que me ha llamado mucho la atención, y es que el protagonista, el gorila, no está presente en el primer acto del corto. Su aparición en la sala representa el punto de giro de la historia, haciendo que la armonía que reinaba en la sesión de terapia se acabe y la historia cambie su rumbo deviniendo en el más puro caos.
Este aspecto, desde un punto narrativo, no es nada habitual, porque siempre se recomienda presentar a nuestro protagonista y su conflicto lo antes posible. Y por supuesto en el primer acto (también llamado ´Presentación´), ya que ésta es su función esencial, como su propio nombre indica.
En este corto, esto sucede porque tiene más una estructura de escena que de historia completa. El corto acaba con un final completamente abierto, en el que se sobreentiende que es el comienzo de una nueva etapa en la vida de nuestro protagonista, en la que ha aceptado su problema de ira, y que ahora empezará a asistir periódicamente a las sesiones de terapia con el resto de animales. Sin embargo, cómo acabe todo esto,y si finalmente supera el conflicto o no, es parte de una historia que los autores han decidido no contarnos. Es como si el corto se hubiese terminado al final del primer acto. Y si entendemos la historia de esta forma, como el primer acto de una historia más larga, vemos como entonces sí que el personaje principal y su conflicto se habría presentado de una forma más convencional en el primer acto.
Dicho esto, me parece maravillosa esta decisión de estructura que han tomado los autores, porque muchas veces una historia no contada puede resultar mucho más interesante.
Os comparto un vídeo de los autores donde hablan brevemente sobre el corto.
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