Hace ya unos cuantos meses que colgué en el blog el corto Thought of you de Ryan Woodward. Uno de esas piezas tan bonitas y tan bien ejecutadas que, por un lado te hacen sentir muy muy pequeño como profesional, y por otro te llenan de energía para seguir haciendo cosas y mejorar. Al menos a mí me trasmite esa dualidad.
Hoy me he levantado con el corto en la cabeza. Con unas ganas enormes de volver a verlo y dejarme llevar por su maravilloso flujo. Y cuando lo he buscado en Google me he encontrado con un pequeño regalo. Un making of en el que el autor cuenta lo que le motivó a hacer este trabajo. La verdad es que no tiene desperdicio.
Aunque ya lo colgué en su día, me voy a tomar la libertad de volver a compartirlo porque es un trabajo que no caduca nunca. Que lo disfrutéis, una vez más.
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