Kaufman, Anomalisa y el menosprecio a la animación

Hace un par de días Cartoon Brew publicaba un artículo haciendo referencia a una charla que el equipo de la película Anomalisa hizo durante el festival de Sundance. En esta entrevista (que también compartí en la página de Facebook de mediaPose) Charlie Kaufman hace referencia a que el cine de animación se considera como un género a parte al resto del cine y que no está respetado dentro de Hollywood.

“It doesn’t seem like it’s taken seriously as a form. I mean, it’s weird to 
us that  that’s the thing  that it’s identified as: animation. Not
 that we made a movie, and it happens to be animated, because it’s a
 movie. It doesn’t have anything in common with the other movies in the
 animation category  [of the Academy Awards]. I mean, it certainly 
has less in common with  those movies than it does with live-action movies.
 It’s a weird prejudice, I think.”


En definitiva que se habla de animación como género a parte del "cine de verdad", y lo que es peor, como un género el mal llamado de animación que engloba todo tipo de películas y temáticas, desde Fievel se va al Oeste o Doraemon, hasta Vals con Vashir, Perfect Blue o Anomalisa. Kaufman se queja, y no le falta razon, que tiene muy poco que ver su película con la mayoria de la mayoría del cine CGI que hay en las carteleras, por lo que no tiene ningún sentido esta clasificación burda que se suele hacer.


Con este articulo de Cartoon Brew y los comentarios de Kaufman se abre un debate interesante. ¿Está menospreciado el cine de animación?¿Se le considera un género menor con respecto al cine de acción real?  En mi opinión, más que menospreciado, ya que en los últimos años ha habido grandes éxitos de películas de animación tanto de taquilla como de crítica, creo que lo que se encuentra es absolutamente encasillado. Tiene toda la razón Kaufman en criticar que la animación no es un género, sino una técnica cinematográfica. Pero en este aspecto, y es aquí donde toca hacer autocrítica, tiene mucho que ver la mano de la industria. El 90% de las películas de animación se dirigen a ese target tan deseado por los productores que es el familiar. Películas de contenido infantil, pero que permiten algunas licencias para que los adultos también puedan pasar un buen rato. La animación está aprisionada dentro de un corsé del que es muy difícil desprenderse. En ningún caso cuestiono la calidad de estas películas, donde encontramos autenticas joyas, no sólo de la historia de la animación, sino de todo el cine.  En ningún momento estamos criticando la mayor o menor categoria del cine de animación, lo que está en cuestión es la casi monopolización de la industria a un público familiar o infantil. Al menos de la industria occidental, ya que hay excepciones como Japón o diferentes países de Europa del este con gran tradición, donde el tratamiento que recibe la animación es muy distinto. 



En la crítica que escribí hace unos días en el blog sobre la película Anomalisa, comentaba precisamente este punto. Lo diferente y, por tanto, llamativo y refrescante que resulta encontrarse con una película como ésta trabajada con animación. Y no por el capricho o la excentricidad de que sea en animación, sino por lo mucho que el haberla realizado en stop-motion ha aportado a la película desde un punto de vista narrativo. Y esto es precisamente lo que reivindica Kaufman. Su película es una pelicula. En este caso, animada, y en otros casos puede que sea en blanco y negro o en 4/3 en vez de 16/9. No importa, son decisiones técnicas y estéticas para canalizar una historia lo mejor posible y, en ningún caso es determinante este aspecto sobre el mensaje, que es el que es, independientemente de la técnica utilizada. Por eso encuentro lógicas y justificadas  las críticas del director y guionista americano. Es simplemente absurdo que una película como Anomalisa, por la narrativa, temática y público al que va dirigido, se la juzgue junto a otras como Snoopy o El viaje de Arlo, con las que no comparte casi nada. Por no compartir, es que ni siquiera Anomalisa es CGI.



Evidentemente este problema no es nuevo, y desde que yo tengo conciencia ha sido así. Cuando iba al videoclub de pequeño con mi padre para alquilar La Sirenita o Aladdin las buscábamos en la sección de Animación, no en la de Aventuras o Drama.  El hehco de que ahora Kaufman lo crítique no es por otro motivo que porque le ha tocado a él en esta ocasión, pero creo que todos los que nos dedicamos a esto hemos sentido ese prejuicio en un momento u otro. Y el problema es que no es sólo un aspecto a nivel de industria, sino que hace mucho tiempo que se convirtió en algo prácticamente cultural. No sólo en los Oscar o en los Goya se califica las películas de animación a parte del resto, sino que en los propios videoclubs (los pocos que quedan) o plataformas como Cuevana o Netflix también hacen esta diferenciación. Es un estigma que forma parte de la forma en que nuestra sociedad entiende la animación y que sólo con los años y haciendo desde lo antes posible un justo tratamiento de nuestra industria podrá ir cambiando.


En fin, yo os he dejado mi punto de vista y estaría genial saber lo que pensáis vosotros como profesionales en el caso de serlo, o simplemente como aficionados al cine en general, en el que por supuesto también está incluido el de animación. ;)

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