Mentiría si dijera que no me he divertido con Hotel Transylvania 2. La historia cuenta con un desfile de monstruos cachondos y un personaje principipal que es sólido y divertidísimo. La película encadena un sinfín de gags que inevitablemente hace que te rías y que, consecuentemente, la hace entretenida. Sin embargo, mi sensación es que hay mucha más humor que historia. Y yo creo que la historia nunca sobra. Por esta razón, aunque sea una película divertida y que deja buen sabor de boca, salí del cine pensando que podría haber visto algo más.
Sin querer desmerecer otros aspectos interesantes de la producción, creo que el punto fuerte de Hotel Transylvania 2 sin duda es la animación. Aporta el carácter y la personalidad a la película y, en buena parte, es lo que soporta el humor que trabaja Tartakosvsky. Las poses extremas, el timing explosivo con muchos cambios de ritmo, las poses congeladas durante segundos, son marca de la casa de este director. Ya lo vimos en la primera parte de Hotel Transylvania y en esta segunda parte va un poco más allá.
Para mí resulta un lujazo ver este tipo de animación, es algo que había echado en falta desde la irrupción del 3D, donde la animación comercial ha impuesto un estilo más realista. En mi caso, cuando vi por primera vez Hotel Transylvania, he de confesar que me costó un buen rato aceptar ciertos aspectos del estilo de animación de la película. La forma de desplazarse de Drac por ejemplo, con momentos muy poco físicos y fuera de peso. Evidentemente, una vez que te acostumbras, te lo tragas como un bocata de nocilla, pero de primeras es algo que me resultó chocante verlo en cine. Y francamente no me gustó tener ese primer sentimiento de rechazo, porque la animación es preciosa y coherente con el estilo de la película. Cada vez que me encuentro con un Lluvia de albóndigas o un Hotel Transylvania siento un aire refrescante que afloja el corsé técnico y realista que en ciertos momentos siento que oprime la industria. El hecho de que Tartakovsky sea uno de los directores franquicia de una productora como Sony es una maravillosa noticia para la animación.
Estoy de acuerdo, esta película de animación es increíble y los personajes te atrapan desde el principio, pues son muy lindos a pesar de ser terroríficos, eso lo hace para todas las edades. No sólo es entretenimiento, nos deja un mensaje al final y nos enseña el lado humano que tienen los monstruos y sobre todo, que ser diferentes no tiene que ser un problema, aceptar a los demás que sería lo mejor.
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