El pasado fin de semana vi la película
franco-belga Ernest y Celestine, y la verdad es que me ha gustado bastante. Merecidísima la nominación a los próximos Oscar para luchar por la
mejor peli de animación del año.
Hay bastantes aspectos interesantes en
esta película que no me quiero resistir a comentar y que abordaré
de la forma más general posible para no estropear la peli a quienes no la hayáis visto aún, cosa bastante comprensible
dada su presencia absolutamente testimonial (a la par que tardía- estreno en Francia 12 de diciembre de 2012) en
la cartelera.
Lo primero que diría de Ernest y
Celestine es que no parece una película de hoy en día.
Acostumbrados como estamos a historias cuya trama principal está
trenzada en un sinfín de subtramas con sus correspondientes
subgéneros, sorprende la sencillez de la historia de esta película. Cuando hablo de sencillez lo digo en el mejor sentido de la palabra. Un
mensaje claro y contundente que habla de amistad y tolerancia sin nada que lo enturbie. De hecho, me recordó enormemente la narración de los cuentos
infantiles, cosa bastante lógica si tenemos en cuenta que Ernest y
Celenstine está basada en las historias e ilustraciones del belga
Gabrielle Vincent. Esta información yo no la sabía cuando vi la
película y la descubrí más adelante buscando información sobre
ésta, y la verdad es que este aspecto se siente de verdad.
A pesar de la estética un tanto naif,
llevándolo más allá incluso de las ilustraciones de Vincent, la película en
absoluto resulta ñoña, más bien todo lo contrario. Aunque se trata
de una historia eminentemente infantil, la película por momentos resulta
incluso gamberra. Y sobre todo, muy divertida. Si te da miedo ver Ernest y
Celestine porque pueda puede ser un rollo La aldea del arce, no te preocupes
porque no es el caso ;)
La narrativa de la peli me ha parecido
bastante particular, y la verdad es que en su momento me resultó
muy interesante. Una vez que leí que la película era una adaptación
literaria, entendí el por qué de bastantes decisiones narrativas de
la película. Hay un predominio absoluto de planos abiertos (Plano
General y Gran Plano General) frente a los planos cerrados, lo que
permite que luzca el precioso arte de la película a las mil
maravillas.
Este aspecto lo supongo muy
condicionado por la adaptación de los cuentos de Vincent, ya que la
narrativa literaria invita a mostrar escenas más amplias que siempre
resultan más descriptivas que los planos cerrados. En este sentido,
también es bastante curioso el constante uso que los directores de la peli, Stéphane Aubier, Vincent Patar y Bejamin Renner, de los planos completamente perpendiculares a cámara. Plantean bastantes situaciones cómicas haciendo uso de este tipo de encuadre.
Otro de los aspectos que me llamaron
mucho la atención es el constante juego con la simetría que se hace
a lo largo de toda la película, cosa que no me parece en absoluto
gratuito. Ernest y Celestine nos cuenta la vida, tan diferente como
simétrica, de los dos mundos que se reflejan en la película: el de
los osos y el de las ratas. Y este juego de confrontación y simetría
aparecerá reflejada a lo largo de toda la historia generando
situaciones tan divertidas como interesantes.
Esta simetría en la composición
genera escenas y situaciones muy equilibradas, incluso en las escenas
de acción, lo cual resulta llamativo ya que en este tipo de
secuencias siempre se buscan composiciones bastante desequilibradas
para generar mayor dinamismo de la imagen. Pero la verdad es que
funciona muy bien y resulta muy efectivo.
En definitiva, que Ernest y Celestine
me parece una muy buena película y que os recomiendo que veáis cuando tengáis la oportunidad porque no decepciona en
absoluto, ni peca de infantil. Y por si fuera poco, es un gustazo
para la vista ;)
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