Ayer Marcello Álvarez abrió un interesante debate en la página de Facebook Spanish Groups acerca de si los profesionales del sector debíamos apoyar incondicionalmente las producciones que se hacen en España (en este caso Justin y la espada del valor) yendo al cine o si por el contrario debíamos valorar cualquier producción española en su justa medida y en función de eso ir a verla o no. En este punto se abordó por supuesto el tema de las descargas por internet, y es en este punto en el que me voy a detener en este post, ya que me llamó bastante la atención la imagen negativa de las descargas entre los profesionales de la animación, así como que se siga asociando las descargas al fracaso comercial del cine español.
Las descargas por internet y el visionado de películas en el cine son actividades absolutamente complementarias, y resulta realmente un razonamiento muy simplista pensar que a mayor número de descargas de una película, menor número de espectadores en la sala de cine. Porque además es que es completamente falso. Las películas más taquilleras son también las películas más descargadas. No son vasos comunicantes, es mucho más complicado que eso. Sin embargo, esto no parece ser tenido en cuenta por numerosos profesionales de la industria del cine que demonizan internet y se parapetan bajo la excusa de la mal llamada "piratería" para justificar el escaso valor de su trabajo.
Hace un par de semanas Enrique González Macho, actual presidente de la Academia de Cine, publicó un artículo en El País en que aseguraba que la crisis del sector audiovisual en España se debía a las descargas y que el "todo gratis" de internet mata todo potencial creativo. Zasca, y se queda tan ancho... ¿Qué tiene que ver el potencial creativo con la explotación comercial del mismo? El sector auidovisual ya estaba en crisis antes de la llegada de internet, siempre lo ha estado; y la única razón es su absoluta incapacidad para conectar con el público.
Hace un par de años, en una mesa redonda que organizó el CCCB de Barcelona, Cesc Gay hizo un comentario en relación a todo esto que me gustó mucho. El director catalán comentó que un momento muy triste para él como director fue buscar su película para descargar en internet (no recuerdo a cuál se refería exáctamente) y no encontrarla. Es ahí cuando se entiende que la película no ha interesado al público. Cesc Gay se podría haber escondido bajo la bandera de la piratería para justificar que su película no tuviese la recaudación esperada, pero la única realidad es que el cine español, salvo un par de películas al año, lamentablmente ni se ve en el cine, ni tampoco se descarga.
La industria del cine, dentro de la cual incluyo la de la animación por supuesto, tiene que entender la realidad actual. Vivimos bombardeados de mensajes audiovisuales a todas horas. Cada día recibimos 3000 impactos publicitarios según la revista Muy Interesante; en 2012 se estrenaron casi 500 largometrajes en los cines españoles (más películas que días tiene el año), 115 de los cuales eran españolas. Por no hablar del arsenal de series con las que nos inunda la televisión. En este contexto de saturación absoluta, que una persona se tome el tiempo de descargarse una película y verla debe valorarse. No sólo no debe condenarse como se ha hecho hasta ahora llamándonos piratas, sino que se debe valorar que entre tanta oferta audiovisual como hay, una persona gaste un par de horas de su vida en ver tu trabajo.
El 99% por ciento de películas que veo descargadas son películas que no iría a ver al cine con internet ni sin internet. Pensar que todas las descargas se traducirían en taquilla es una estupidez como un piano. Gracias a las descargas la gente consume más cine y más cultura. Hay películas que, a priori, no me interesan lo suficiente como para pagar 9 euros en el cine, pero tal vez sí me interesa como para gastar dos horas de mi escaso y valorado tiempo de ocio en verla. Con esta acción estoy dando una oportunidad a esa película de que me guste, y por tanto de hablar positivamente de ella en mi blog, entre mis amigos, a través de los tropecientos canales de difusión que hay hoy en día (Facebook, Twitter, Tmblr, Tuenti, Google+, etc, etc, etc). No podemos ser simplistas, esto es mucho más valioso que los 9 euros que habría costado la supuesta entrada de cine que esta persona habría pagado en caso de haber ido al cine.
Esto es lo que me ocurrió con Como entrenar a tu dragón. En principio ni el trailer ni la historia me llamaban lo más mínimo. Sin embargo, la vi descargada y me enamoré de esta película. Lo siguiente que hice fue ir a verla al cine. Y después de eso colgar un post en este blog. Y después hablar de ella bien a todo el mundo. Y finalmente esperar ansioso la segunda parte. Y todo gracias a que internet me ofreció la posiblidad de ver una película que no me interesaba lo suficiente.
Se me ha hecho tarde y me tengo que ir a trabajar, así que con esto cierro :) Ojalá Justin y la espada del valor fuera la película más descargada en los próximos meses en nuestro pais, eso sería señal de que le ha ido muy bien.
La oferta cultural que hay hoy en día es un regalo gente. No la desaprovechéis.
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