Qué haría usted si un buen día se levantará y tomando su ducha matinal descubriese que le han brotado un buen par de alas de la espalda? Si no lo sabe debería usted ir pensándolo para que no le pille desprevenido, como le ocurre al personaje principal del último largometraje de Bill Plympton, Idiots and Angels.
Llevaba tiempo detrás de ver esta película, que se estrenó en 2008, y ayer tuve la ocasión de hacerlo. La espera mereció la pena. En poco más de hora y cuarto Plympton narra la evolución de unos personajes que se reúnen en torno a la barra de un bar de localización desconocida cuando a uno de ellos le brotan alas de la espalda. Ya les adelanto que en ellos no encontrarán nada bueno. En idiots and Angels no hay chicas encantadores ni héroes guapísimos. Los personajes son patéticos, violentos y mezquinos, como suele ser habitual en el cine del mangnífico director norte americano. Y es que esta película no es para niños, así que no lleve a sus hijos a verla. Eso sí, tire de canguro y váyase usted porque seguro que le sorprenderá.
La película tiene todos los signos de identidad de Plympton: violencia, un poco menos sexo del habitual y mucho ritmo, a pesar de que abundan los planos largos. Me ha parecido una de las películas más reflexivas de este director, con momentos verdaderamente emocionantes.
La estética de la película es realmente bonita. Colores fríos y trazos descuidados que en ningún momento trata de disimular y que provoca esa animación vibrante tan particular en el estilo de Plympton. El aspecto visual me ha parecido una evolución de la línea que siguió en su genial cortometraje, Shut Eye Hotel.
En definitiva, muy buena película.
Si te apetece saber más sobre Bill Plympton no dejes de leer el monográfico que colgaré sobre él la proxima semana.
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